Ya estamos de vuelta y empezamos el nuevo curso con mucha ilusión. Hemos descansado, hemos visto el mar y hemos visto la montaña, pero no hemos dejado de pensar cómo seguir innovando en nuestras aulas.
Desde el Instituto de Innovación te animamos a empezar con esta propuesta con la que no te costará ponerte al día. ¿Te apuntas?
Cinco ideas para ponerte al día:
¿QUIÉN ES QUIÉN?
Objetivo: ¡Conocerse!
Descripción: Esta dinámica sirve tanto para formato presencial como online.
Pide a tus alumnos que, uno a uno, muestren un objeto que identifiquen con tu asignatura. Si no lo tienen a mano, pueden dibujarlo. Cuando les toque su turno, tienen que decir su nombre, explicar por qué han elegido ese objeto y decir si creen que se identificarán con ese mismo objeto cuando acabe el curso.
Te aconsejamos que empieces presentándote tú con esta misma dinámica.
Antes de terminar, pide a tus alumnos que hagan una foto de su objeto, y lo guarden en una carpeta que habrás habilitado en CANVAS para ello. Pídeles que nombren el archivo con su nombre y apellido.
LAS CLLAVES DE MI ASIGNATURA
Objetivo: Que los alumnos conozcan tu “lema” como docente.
Descripción: Crea una sencilla infografía para tus alumnos donde puedan ver las claves tanto de tu asignatura como de ti como docente. Qué valoras, qué les aconsejas, qué es lo importante para ti…
Si no sabes cómo hacerla, en la web del Instituto de Innovación hay un espacio dedicado a explicarte las herramientas que permiten dinamizar tus exposiciones en el aula. Seguro que también encuentras ideas.
Puedes hacerla desde con PowerPoint hasta con herramientas específicas para ello como Venngage o Genially.
Aquí tienes un ejemplo por si te ayuda a visualizar tu infografía:
Si necesitas ayuda para crearla, no dudes en pedírnosla, estamos en innovacion@ufv.es
SALSA PARA TUS CLASES
Objetivo: Descubrir nuevas herramientas que permiten una enseñanza online más dinámica e interactiva.
Descripción: Hoy te proponemos que te familiarices con Wooclap. Es una herramienta que permite hacer tus clases más dinámicas, y mejorar así la atención de tus alumnos. Es muy sencilla de utilizar. Partes de una presentación tuya (o haces una nueva desde la propia plataforma), y vas insertando preguntas interactivas que tus alumnos deberán ir contestando. Puedes incorporar preguntas de respuesta múltiple, sondeos, preguntas abiertas, nube de palabras, preguntas de valor numérico, asociaciones, identificación en imagen, videos… y permite a los estudiantes plantear dudas en todo momento. ¿Te animas a utilizarla este año?
Objetivo: Conocer las expectativas de tus alumnos respecto a tu asignatura.
Descripción: ¿Qué te parece hacer una nube de palabras con tus alumnos para saber lo que les inspira tu asignatura? Puedes utilizar WordArt, en la web del Instituto de Innovación te explicamos cómo imprimir el resultado, y utilizarlo como imagen del perfil de grupo.
LA CANICA ERA DE ÁLVARO, ¡ESTOY SEGURO!
Objetivo: Profundizar en el grupo recordando quien era quién.
Descripción: Para hacer esta actividad tienes que haber hecho la primera que te proponíamos, ya que se trata de recordar con qué objeto se presentó cada uno.
¿Te acuerdas de quién era quién? ¿Se acordarán tus alumnos? Compruébalo haciendo un test con alguna de las herramientas que recomienda Ingrid Mosquera en su taller TIC, TAC & TEP. Nuestra propuesta es que utilices como opciones de respuesta las fotos de los objetos que guardaron el lunes tus alumnos.
Como la mente va por libre, a pesar de haber estado en modo off, ¿quizá se te ha ocurrido una dinámica para que tus alumnos estén más atentos en clase? ¿Has descubierto alguna herramienta para interactuar con ellos en tiempo real? ¿Alguna tecnología que pueda aportar a tus contenidos? ¿Tienes curiosidad por trabajar con una metodología determinada? Cuéntanoslo por correo electrónico innovacion@ufv.es o en nuestro perfil de Twitter innovacionufv.
Tras un curso diferente, el equipo del Instituto de Innovación, de la Universidad Francisco de Vitoria, ha preparado un kit de recomendaciones innovadoras para desconectar y disfrutar este verano.
En la UFV llevamos tiempo trabajando en comunidades, aunque la mayoría de ellas nacieron de manera espontánea por parte de nuestros profesores, con una clara inquietud hacia la innovación docente. Desde el Vicerrectorado de Innovación y Emprendimiento quisimos reconocer, registrar y acreditar estas Comunidades para la Innovación en el Aprendizaje, que surgieron al sistematizar los «encuentros de pasillo». Esta formación, y otras iniciativas relacionadas que os iremos contando a partir de septiembre, surge del deseo de acompañaros en este proceso de creación e implementación formal de Comunidades para la Innovación en el Aprendizaje.
Fernando comienza haciendo un repaso por lo que son las comunidades de práctica, ya que, como nos aclara, son la base contemporánea del concepto comunidades de aprendizaje.
Una Comunidad de aprendizaje se sostiene sobre cuatro pilares:
El sentido de pertenencia al grupo, para impulsar la lealtad y el deseo de seguir aportando.
La actuación activa, de manera que lo que uno hace afecte a la comunidad.
La oportunidad de satisfacer necesidades individuales ya sea a la hora de expresar opiniones personales, o pedir ayuda, obtener una información específica, etc.
Crear conexión emocional con el resto de los participantes.
Como nos explica Fernando, una Comunidad Profesional de Aprendizaje es un grupo de educadores que se reúne periódicamente, comparte conocimientos y trabaja en colaboración para mejorar las habilidades de enseñanza y el rendimiento académico de los estudiantes. Este término también se aplica a las escuelas o facultades de enseñanza que utilizan la colaboración en pequeños grupos como forma de desarrollo profesional.
Las características de una Comunidad Profesional de Aprendizaje son:
Tiene un enfoque en el aprendizaje, teniendo claro en qué aspecto o enfoque se quiere trabajar, con el objetivo de ayudar a todos los estudiantes a aprender.
Sus integrantes trabajan de forma interdependiente para lograr objetivos comunes y generar una cultura de colaboración.
Existe una búsqueda colectiva sobre las mejores prácticas tanto de enseñanza como de aprendizaje para aplicar en el aula.
Se basa en ellearning by doing, orientada a la acción, por lo que genera soluciones rápidas que permitan convertir las aspiraciones en acciones.
Mantiene un firme compromiso por la mejora continua, la inquietud persistente por el statu quo y la búsqueda constante para encontrar una fórmula mejor para alcanzar los objetivos y cumplir el propósito de la organización.
Está orientada a los resultados, la evaluación continua, el análisis de datos y la reflexión contante para favorecer la implementación de las propuestas.
Una Comunidad Profesional de Aprendizaje puede ponerse en práctica desde la totalidad de una organización comprometida con el aprendizaje continuo, lo que tendríamos representado ya por nuestra propia Universidad, o por equipos más pequeños de profesores que trabajan juntos para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes mediante la mejora de la instrucción en el aula.
Peter Senge define las organizaciones inteligentes u organizaciones que aprenden como aquellas que inician un proceso para aprovechar y aprender de sus propias experiencias. En su libro “La Quinta Disciplina” expone aquellas que influyen a la hora de que una organización aprenda. Estas son:
Dominio personal
Modelos mentales
Visión compartida
Aprendizaje en equipo
Pensamiento sistémico
Fernando termina su exposición aproximándonos al concepto de Comunidad de Indagación o Investigación, cuyo modelo conceptualiza la creación de una comunidad virtual de aprendizaje, basada en el constructivismo y la colaboración, para lo que nos referencia los estudios de Garrison, Anderson y Archer (2000).
Os proponemos que, en vuestro próximo encuentro, completéis esta actividad de autoevaluación y reflexión, y os animamos a compartirla con nosotros a través de nuestro perfil de twitter o enviándonosla al correo innovacion@ufv.es.
Si no pudiste escuchar a Fernando Santamaría en directo, tienes la oportunidad de acceder a la charla completa de Comunidades de Aprendizaje pinchando en este enlace.
Desde el Instituto de Innovación UFV, tal y como nos recomendó Fernando, seguiremos trabajando para crear un marco que estructure la creación y el acompañamiento de las Comunidades para la Innovación en el Aprendizaje, sin perder el equilibrio entre la libertad que necesitáis y una sistematización que os permita autorregularos para alcanzar los objetivos de vuestra propia comunidad.
¿Has empezado a crear vídeos docentes, pero no consigues que tus alumnos lo vean? ¿Te esfuerzas para crear vídeos y a cambio tus alumnos se quejan porque consideran que es demasiado trabajo autónomo?
Desde marzo de 2020 la creación y uso de vídeo docente en educación ha crecido entre los profesores universitarios. Los objetivos son variados, sustituir clases interrumpidas por problemas técnicos, realizar clases asíncronas, o aplicar la metodología “Flipped Classroom” (FC). El vídeo es desde hacía unos años la piedra angular de la formación “online” pero había llegado a la enseñanza presencial precisamente a través de esta metodología activa, el FC.
Aunque diferentes estudios avalan los valores educativos de los medios audiovisuales (Koumi, 2006), el vídeo no es eficaz si no cumple con los siguientes elementos: poseer un valor cognitivo que promueva la comprensión y memoria a largo plazo, asegurar el compromiso de los estudiantes y convertirse en una herramienta interactiva que permita un aprendizaje activo (Brame, 2016). Para ello es aconsejable hacer vídeos cortos (6 a 12 minutos), atractivos, con la información relevante bien remarcada, evitando información superflua y con formatos donde se mezcle imagen con explicación verbal. Además, conviene grabarlos con naturalidad, similar a tus explicaciones de clase pero sin repeticiones, hablando más rápido que lento y utilizando si es posible la narrativa, más allá de lo puramente descriptivo.
Lo primero que debes tener claro es el objetivo del vídeo. Si se utiliza como herramienta de la metodología FC lo aconsejable es asignar a tus estudiantes un vídeo por semana. Ten en cuenta que un vídeo de 15 minutos supondría unos 90 minutos de trabajo autónomo para los estudiantes, ya que el visionado incluye la toma de apuntes y la respuesta a preguntas incorporadas en el vídeo o asociadas a una tarea. Convertir el vídeo en una actividad interactiva es esencial pues permite la metacognición del estudiante y aporta información esencial al profesor para la preparación de la clase presencial posterior.
Algunos estudios han demostrado que los vídeos de mayor duración reducen el nivel de compromiso de los estudiantes (los vídeos de más de 12 minutos son visionados en un 20% de su longitud). En el caso de necesitar mayor tiempo para la explicación, trata de fragmentar la información en vídeos de menor tamaño o interrúmpelo con alguna actividad que ayude a integrar la información con los conocimientos previos relacionados. Si el objetivo del vídeo es sin embargo, utilizarlo para una clase asíncrona, puedes asignar más de un vídeo corto a la semana, o utilizar un vídeo largo con interrupciones a través de actividades de comprensión y aplicación.
Volviendo al uso del vídeo para liberar tiempo de la clase presencial, objetivo del FC, ten en cuenta que el vídeo no debería usarse para sumar tiempo de explicación teórica si no para emplear ese tiempo liberado en la realización de actividades de aprendizaje significativo basado en el análisis, evaluación, aplicación o creación. Es decir, es más importante lo que haces con el tiempo de la clase presencial que el vídeo en sí mismo, y precisamente eso ayudará a que el alumno vea el vídeo como algo necesario para el seguimiento de la clase.
Brame, Cynthia J. Effective educational videos: principles and guidelines for maximizing student learning from video content. Life Sciences Education, 15:1-6. 2016.
Koumi, Jack. Designing video and multimedia for open and flexible learning. Routledge. 2006
Para más información sobre el tema puedes visitar nuestra página web
En tiempo de pandemia la UFV ha hecho una apuesta decidida y valiente por la presencialidad adoptando un sistema de docencia híbrida, a pesar de su complejidad metodológica y requerimientos técnicos. Convencidos de que esta adaptación era la que mejor se acogía a nuestro modelo educativo por facilitar el encuentro con el alumno y permitir el desarrollo de las pedagogías centradas en él, se realizó una importante inversión en recursos técnicos y personales.
Durante estos primeros meses recorridos, profesores y estudiantes valoran el esfuerzo y reconocen sentirse acompañados y cuidados, sin embargo, se ha observado que en la mayoría de las clases híbridas de la UFV los alumnos que están fuera de clase mantienen sus cámaras apagadas.
Los profesores reconocen haber desistido ante la negativa o excusas constantes de sus estudiantes para usar sus cámaras, mientras los alumnos admiten distraerse más desde casa, especialmente cuando no se sienten observados. Otros docentes, sin embargo, parecen no sentir la necesidad de ver a los alumnos que se encuentran en casa, igual que algunos alumnos parecen sentir amenazada su intimidad.
Por todo ello, comparto 5 razones por las que creo que es esencial el buen uso de la cámara en la clase presencial híbrida:
Durante un curso en el que estamos conociendo a nuestros alumnos ocultos tras una mascarilla, la cámara durante su semana rotatoria en casa es lo que nos permite conocerlos mejor. Pero, además, esto ayuda a que los alumnos de cada subgrupo puedan conocerse entre ellos. Por supuesto que conocer a una persona es mucho más que conocer su cara, y es cierto que podemos transmitir mucho con la mirada, pero reconozcamos que cuando tratas de conocer a un mínimo de 100 nuevas personas cada curso, observar sus expresiones faciales ayuda, no en vano nuestro cerebro contiene un área enorme dedicado al reconocimiento de las caras.
Ver a los alumnos de casa en el monitor de clase facilita la interacción con su profesor y resto de compañeros y, por tanto, mejora su integración y participación en el desarrollo de la clase. Es más sencillo para un profesor dirigirse a un alumno que ve a través de un monitor, que hacerlo frente a una pantalla en negro. El profesor se mantendrá alerta y no olvidará que debe atender a ese grupo de alumnos que sigue la clase desde casa. Y el estudiante se sentirá de esta forma atendido igualmente por su profesor.
Observar a nuestros alumnos hace más sencilla la comunicación con ellos y reduce los recursos tecnológicos necesarios para integrarles en la clase. No sería necesario, por ejemplo, estar pendiente del chat para comunicarnos con ellos, si podemos ver sus expresiones o incluso establecer un código visual que nos indique de forma rápida sus impresiones. Además, nos ayudará a simpatizar y empatizar con ellos, a detectar su estado de ánimo, de salud, y a sentirnos más cercanos. Y, por otro lado, un alumno que se siente bien observado y atendido se sabrá acompañado por su profesor.
Saberse observado, mejora sin duda el nivel de atención y responsabilidad del estudiante que recibe la clase desde casa. Todos hemos vivido en estos meses la experiencia de ser alumnos en remoto, en una reunión, en una formación, en un congreso, … y habremos comprobado lo fácil que es distraerse ante la protección que te da estar al otro lado de la pantalla.
Por último, nuestra misión como educadores es posibilitar en nuestros alumnos la adquisición de habilidades y competencias necesarias para la vida. Si algo tenemos claro ahora es que los encuentros virtuales, tanto profesionales como personales, van a formar parte de nuestra normalidad, por lo que tener la capacidad de llevar a cabo una correcta presencialidad virtual debe formar parte de las competencias a desarrollar. El estudiante debe acostumbrarse a mostrarse de forma correcta desde el espacio en el que le toque realizar su actividad, ahora la clase y en un futuro próximo su trabajo.
Pero ojo, conseguir que enciendan sus cámaras es una condición necesaria pero no suficiente para asegurar su integración en la clase. Mirar una pantalla no asegura su compromiso, igual que los alumnos que están en clase podrían estar comprando en Zara o usando las RRSS mientras creemos que cogen atentos sus apuntes.
Algunas tips para asegurar la integración de los alumnos en clase son:
Utiliza Zoom para las sesiones de clase ya que te permite visualizar hasta a 49 participantes a la vez. Para ello utiliza el modo galería. Además, utiliza la cámara instalada en clase de forma que lo estudiantes puedan ver a sus compañeros cuando sean ellos quienes intervienen en las clases y no una imagen fija del profesor.
Acuerda con tus estudiantes un código visual que facilite la comunicación (por ejemplo, mostrar un objeto verde si la respuesta es afirmativa y rojo si es negativa) y realiza alguna actividad que promueva el conocimiento del grupo y la creación de una atmósfera de confianza implicando a ambos subgrupos (por ejemplo, pide a los alumnos de casa que os den la espalda y realiza algún cambio en la clase que ellos deberán adivinar, o pide a los de casa que muestren en sus cámaras un dibujo, relacionado por ejemplo, con contenidos de la asignatura, y solicita a los de clase que averigüen de qué se trata). Esto ayudará a normalizar la situación y ayudará a los de casa a sentirse más presentes.
Solicita la intervención de los alumnos del grupo de casa en la misma proporción que lo haces con los de clase.
Crea grupos mixtos (alumnos de clase con alumnos de casa) para la realización de tareas concretas.
Para ello puedes:
Pedir a los alumnos de clase que accedan a la sesión de Zoom y separarles en salas mezclando a los alumnos de ambos subgrupos
Utilizar sesiones de BlackBoard en paralelo para que cada grupo realice su videollamada
5. Utilizar herramientas digitales (opciones de anotación y votación en Zoom, Nearpod, Mentimeter, Socrative, Miro, etc…) con las que todos los estudiantes podrán contestar a tus preguntas e intervenir en la clase a tiempo real. Estas herramientas además aportan una retroalimentación instantánea al docente lo que le permitirá adaptar su explicación al ritmo de seguimiento de toda la clase.
La UFV es una institución que mira a la persona. Quizás sea el momento de tomarnos esta misión, además, de forma literal.
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