Hoy, hablamos del valor de las imágenes, principalmente, las imágenes en movimiento y de la importancia de los vídeos en educación.
Una imagen vale (más que) mil palabras, palabra arriba, palabra abajo, es un dicho muy conocido. No sé quién lo diría, si Paulo Cohelo, Zaratustra, DaVinci, Turguénev… pero Napoleón seguro que no. La discusión del origen de la expresión la dejamos mejor para otro momento. Lo que sí es seguro es que, quien la dijese, no se pilló los dedos. Muchas imágenes valen más que un millón de palabras, y no hace falta irse a leer una gota de los ríos de tinta que han corrido por, por ejemplo, las Meninas.
Pero no hablemos de las Grandes Imágenes. Aterricemos un poco. Acerquémonos a las imágenes cotidianas, esas del día a día que, aunque nunca vayan a estar expuestas en ningún museo (¡que sepamos!) y no marcan un hito en la Historia. Las que realmente cambian el mundo. Velázquez y Goya podían decir mucho con una sola imagen, pero es cierto que tardaban muchísimo más que en escribir las “mil palabras” correspondientes. Pero los tiempos cambian. Ahora cualquiera puede combinar la imagen con la palabra. Y no sólo eso, si no que no está limitado a una imagen: puede mostrar 25 por segundo, lo que hace una friolera de a ver, veinticinco, mil… ¡25.000 palabras por segundo! Y a eso le puedes sumar las palabras que dices ¡MÁS LAS QUE ESCRIBAS! Esta brujería llamada vídeo está literalmente al alcance de tu mano. Y, a diferencia de a Goya o Velázquez, a ti no te va a llevar más que unos minutos.
Sé que es muy difícil sacar tiempo para preparar vídeos para las clases. Total, ya tienes los apuntes que has ido trabajando desde que te licenciaste, ¿no? Pues tiras de ello por los siglos de los siglos y apañao. Pero ¿acaso esos apuntes los has hecho de un día para otro? ¿No son acaso el resultado de meses de investigación, ensayos, pruebas y retoques?
Con los vídeos pasa lo mismo. Lleva tiempo, pero puedes empezar poco a poco, con toda la calma del mundo. Y así, convirtiendo poco a poco tus apuntes en explicaciones visuales, que puedes enriquecer de mil y un formas distintas, puedes orientar tus clases a un modelo donde el alumno sea realmente el protagonista.
Las horas de clase son limitadas. El plan Bolonia, dentro de sus virtudes, ha convertido las clases en un proceso burocrático, saturando al alumno de tareas escolares y exámenes. Y sigue quedando sepultado bajo montañas de apuntes que, una vez aprobada la asignatura, desaparecerán de su cajón y su mente. Pero si se afronta la clase de otra manera puede que la experiencia sea mucho más enriquecedora tanto para el alumno como para el docente. Los vídeos explicativos pueden ser una muy buena solución. Suelen ser muy dinámicos y enriquecedores, además de facilitar los trámites a los alumnos. Al tener una clase explicada en un vídeo que pueden revisar en cualquier momento pueden guardar sus energías para otras tareas y lograr que su formación sea mucho más completa. Y así, entendemos mejor la importancia de los vídeos en educación.
Con esto no quiero decir que hagamos todosflipped classroom, no os confundáis. Pero es muy importante que los docentes hablen el mismo idioma que los alumnos o todos los esfuerzos que ambos lados pongan en la formación no servirán nada más que para generar frustración. Tampoco es que tengas que llegar al nivel de ir vestido de pirata* y gamificar tus clases para que los alumnos presten atención. Todos hemos estado sentados frente al pupitre a las ocho de la mañana un lunes después de dormir poco el fin de semana escuchando como un profesor viene a hablar de sus cosas y luego se va, para dar paso a otra persona que nos cuente su película, etecé, etecé.
Es el momento ideal para terminar con esa espiral. Vivimos en un mundo que cambia a una velocidad bestial, con cientos de estímulos que tiran de ti en direcciones opuestas, todos queriendo un trozo de tu tiempo, y no siempre se tiene la madurez necesaria para saber elegir (esto se aplica a cualquier edad). Seamos realistas: todos tenemos un límite finito. Ya sea de horas, de energía, de creatividad, lo que sea, pero un límite. Y tenemos que gestionar nuestra vida teniéndolo en cuenta. Y nos damos cuenta de que la vida no está muy optimizada, que igual comprender e interiorizar una asignatura puede costar la mitad de tiempo y esfuerzo si se realizan más actividades en clase y la teoría se relega a más vídeos en lugar de imponerla por clase magistral. Tal vez gracias a la información de los vídeos, que puede ser contenido extra sobre cierta parte de la materia, un alumno puede aprobarla y, quién sabe, descubrir que eso es lo que quiere hacer con su vida.
Por eso, porque tenemos una capacidad limitada de horas y energía, creo que es vital aligerar el camino que nosotros ya hemos recorrido a quienes están por atravesarlo. Así conseguiremos que los que vienen detrás lleguen más lejos. ¿Y no es esa la mayor recompensa de cualquier profesor?
Una vez entendida la importancia de los vídeos en la educación, el siguiente paso será empezar a pensar en realizar estos vídeos. Para ello, desde el Instituto de Innovación de la UFV te recomendamos una serie de herramientas para la creación de vídeos, desde la creación, grabación, edición e incluso el enriquecimiento de vídeos docentes.
Se ha escrito mucho sobre Flipped Classroom (FC) o clase invertida. Probablemente estaría entre el top 3 de las que nombrarías si Mayra Gómez Kent preguntase por metodologías educativas innovadoras en una nueva edición del Un, Dos, Tres. Pero como todo lo que es muy conocido, o se cree conocer, es una metodología llena de falsas creencias y errores de concepto.
“Tú haces Flipped porque te gusta salir en vídeos”, “Les he metido varios vídeos porque no me da tiempo a explicar todo”, “Yo no tengo tiempo para esas cosas porque mi asignatura tiene mucho contenido”, y mis favoritas “por culpa de tu FC los estudiantes han suspendido mi asignatura” o “sería inviable que todos los profes hiciésemos FC”, son algunas de las frases que he escuchado como docente que flipea toda su asignatura.
Empecé a hacer Flipped Classroom, clase invertida, sin saber que lo estaba haciendo. Y empecé haciéndolo mal, muy mal. Por eso, cuando hablo sobre FC lo hago desde la experiencia recorrida, más que desde las formaciones que he recibido. Vídeos largos y antididácticos, alumnos que no veían el contenido, yo repitiendo ese contenido de nuevo en clase, clases para ampliar contenido y no para reforzar lo estudiado de forma autónoma, alumnos descontentos por hacerles trabajar fuera de clase, … Pues eso, que me falló todo lo que puede fallar en el FC.
A día de hoy, tras 14 años enseñando en la Universidad, con grupos grandes, alumnos de diferentes perfiles y cursos, en asignaturas teóricas o prácticas, sé que LA CLASE INVERTIDA FUNCIONA. Y lo escribo así, en mayúsculas, porque estoy tan convencida que retaría a flipear la clase de cualquiera que me pidiese ayuda.
FC no es grabar vídeos, no es ampliar temario, no depende del tipo de alumno… FC es CONFIAR en el estudiante vertiendo en él la responsabilidad de la mitad del proceso, y DISEÑAR tu enseñanza de forma que posibilites el APRENDIZAJE PROFUNDO. Porque aprendemos lo que vemos y oímos, pero recordamos lo que pensamos, aplicamos, enseñamos y creamos. Así que la clave del FC no es el vídeo o el texto que compartes, si no lo que haces en el espacio presencial aprovechando el tiempo disponible que te deja el trabajo autónomo realizado.
Los que ya hacíamos Flipped Classroom antes de la pandemia, tuvimos menos problemas para continuar con nuestra docencia en los diferentes contextos en lo que nos ha hecho trabajar el COVID estos 2 años. Pero es que, ahora que sabemos que se puede seguir una clase desde casa, es cuando se ha puesto en evidencia que una clase presencial debe ser insustituible por una clase grabada. Porque sinceramente, si vamos a dar charlas unidireccionales el planeta agradecería que nos quedásemos todos en casa.
Así que, mis estudiantes estudian gran parte del contenido esencial de la materia en su tiempo autónomo, y lo APRENDEN REALMENTE cuando en clase, con mi ayuda y la de sus compañeros, se enfrentan a resolver problemas retadores, a relacionar y aplicar esos conocimientos.
En todos estos años poniendo a punto el Flipped Classroom, ni he reducido materia, ni he tenido que bajar el nivel de exigencia, sino todo lo contrario. Mis estudiantes de hace unos años no hubieran aprobado los exámenes que pongo en la actualidad, sin embargo, es ahora cuando tengo un elevado porcentaje de éxito en resultados de aprendizaje.
No es magia, es creer, aprender, y trabajar, trabajar mucho. Si quieres saber los cómo, y conocer recursos para llevarlo a cabo, no te pierdas nuestro monográfico de innovación acerca de esta metodología.
¿Has empezado a crear vídeos docentes, pero no consigues que tus alumnos lo vean? ¿Te esfuerzas para crear vídeos y a cambio tus alumnos se quejan porque consideran que es demasiado trabajo autónomo?
Desde marzo de 2020 la creación y uso de vídeo docente en educación ha crecido entre los profesores universitarios. Los objetivos son variados, sustituir clases interrumpidas por problemas técnicos, realizar clases asíncronas, o aplicar la metodología “Flipped Classroom” (FC). El vídeo es desde hacía unos años la piedra angular de la formación “online” pero había llegado a la enseñanza presencial precisamente a través de esta metodología activa, el FC.
Aunque diferentes estudios avalan los valores educativos de los medios audiovisuales (Koumi, 2006), el vídeo no es eficaz si no cumple con los siguientes elementos: poseer un valor cognitivo que promueva la comprensión y memoria a largo plazo, asegurar el compromiso de los estudiantes y convertirse en una herramienta interactiva que permita un aprendizaje activo (Brame, 2016). Para ello es aconsejable hacer vídeos cortos (6 a 12 minutos), atractivos, con la información relevante bien remarcada, evitando información superflua y con formatos donde se mezcle imagen con explicación verbal. Además, conviene grabarlos con naturalidad, similar a tus explicaciones de clase pero sin repeticiones, hablando más rápido que lento y utilizando si es posible la narrativa, más allá de lo puramente descriptivo.
Lo primero que debes tener claro es el objetivo del vídeo. Si se utiliza como herramienta de la metodología FC lo aconsejable es asignar a tus estudiantes un vídeo por semana. Ten en cuenta que un vídeo de 15 minutos supondría unos 90 minutos de trabajo autónomo para los estudiantes, ya que el visionado incluye la toma de apuntes y la respuesta a preguntas incorporadas en el vídeo o asociadas a una tarea. Convertir el vídeo en una actividad interactiva es esencial pues permite la metacognición del estudiante y aporta información esencial al profesor para la preparación de la clase presencial posterior.
Algunos estudios han demostrado que los vídeos de mayor duración reducen el nivel de compromiso de los estudiantes (los vídeos de más de 12 minutos son visionados en un 20% de su longitud). En el caso de necesitar mayor tiempo para la explicación, trata de fragmentar la información en vídeos de menor tamaño o interrúmpelo con alguna actividad que ayude a integrar la información con los conocimientos previos relacionados. Si el objetivo del vídeo es sin embargo, utilizarlo para una clase asíncrona, puedes asignar más de un vídeo corto a la semana, o utilizar un vídeo largo con interrupciones a través de actividades de comprensión y aplicación.
Volviendo al uso del vídeo para liberar tiempo de la clase presencial, objetivo del FC, ten en cuenta que el vídeo no debería usarse para sumar tiempo de explicación teórica si no para emplear ese tiempo liberado en la realización de actividades de aprendizaje significativo basado en el análisis, evaluación, aplicación o creación. Es decir, es más importante lo que haces con el tiempo de la clase presencial que el vídeo en sí mismo, y precisamente eso ayudará a que el alumno vea el vídeo como algo necesario para el seguimiento de la clase.
Brame, Cynthia J. Effective educational videos: principles and guidelines for maximizing student learning from video content. Life Sciences Education, 15:1-6. 2016.
Koumi, Jack. Designing video and multimedia for open and flexible learning. Routledge. 2006
Para más información sobre el tema puedes visitar nuestra página web
Manuel Rodríguez de Aragón, responsable de innovación en el grado de fisioterapia de la Universidad Francisco de Vitoria, nos cuenta su experiencia del uso de la metododología de innovación docente, Flipped Classroom en el Grado de Fisioterapia.
Un proyecto innovador en base a su experiencia y aplicabilidad. Manuel, facilita a los alumnos de fisioterapia el contenido integro desde el primer día, incluso las anécdotas están redactadas desde años pasados y eso es de lo que parten con los alumnos del nuevo año.
Divide la clase en cuatro grupos y cada grupo es experto en una parte del contenido. En la parte teórica, hay una parte de exposición y lo que los expertos (alumnos) explican es el material que se han preparado. Al final de esa clase, además, lanzan unas preguntas que los alumnos han generado y se les van recogiendo datos para hacer una evaluación continua de cada clase, abriéndose un debate final sobre el contenido. La parte práctica, la intención que tiene es que los alumnos sean capaces de crear, para integrar mejor los conocimientos. Lo alumnos generan sus propios vídeos con las técnicas manuales, que hay que aplicar a la asignatura, para que aprendan a tratar a los pacientes y ellos graban en vídeo esas técnicas, si están bien grabadas las suben a blog de fisioterapia para que valgan como contenido de estudio a todos los alumnos.
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