Experiencia de formación docente para una actitud innovadora

Experiencia de formación docente para una actitud innovadora

Hace poco más de un mes que regresé de la Patagonia. Durante este tiempo he evaluado con orgullo y admiración las 88 tareas entregadas por los 90 profesores matriculados en el curso de Prácticas innovadoras para la docencia que tuve la suerte de facilitar en las ciudades de Comodoro Rivadavia, Esquel y Puerto Madryn (Chubut, Argentina). 

En esta formación docente o capacitación como dicen por allá, profesores de ciencias naturales de primaria, secundaria y universidad, se reunieron durante 3 días intensos para descubrir y aprender los fundamentos pedagógicos y las herramientas necesarias para utilizar el aula invertida, el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje híbrido, como metodologías de aprendizaje activo en su actividad docente. El curso se realizó en un formato híbrido por lo que la interacción con los docentes comenzó un mes antes de mi llegada a Argentina y continua en estos momentos. 

Yo solo creo en el aprendizaje desde la acción, por lo que enseño innovación a los profesores como fisiología a mis estudiantes de grado. Así pues, en Patagonia, donde como me confesaron después, esperaban a una experta española dispuesta a darles largas charlas teóricas, se encontraron de pronto cambiando las sillas de sitio varias veces al día, compartiendo lecturas y discusiones con diferentes compañeros, jugando, exponiendo, compartiendo dentro y fuera del aula, y descubriendo diferentes recursos digitales y analógicos que utilizar a su quehacer diario. Y vaya si lo utilizaron… no fueron pocos los que me dijeron antes de acabar el curso que ya estaban probando algunas cosas con sus estudiantes. 

En Argentina corroboré que independientemente del país, los recursos, el nivel educativo o el modelo de cada institución, los docentes compartimos la mayoría de las inquietudes y preocupaciones, y que una de las cosas más importantes para asegurar el aprendizaje de quienes se ponen en nuestras manos es nuestra actitud (y no digo la más porque tendría que reflexionarlo un poco más). Y esa actitud, capaz de encender la chispa del que aprende, se enseña con el ejemplo no con palabras, se enseña poniéndose en juego, incomodando incluso, exponiéndose y entregándose.

Leyendo las propuestas de los docentes argentinos me los imaginaba dentro del aula con esa actitud, y a pesar de los retoques y puntos de mejora que todos tenemos que hacer siempre, no me cabe duda de que cada uno de ellos seguirá andando con pies firmes el camino de la innovación.  

El 14 de febrero de este año, una profesora argentina con mi mismo nombre y asignatura me escribía por Telegram para proponerme algo que impactaría en mi vida para siempre. La profesora de fisiología en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco Noelia Nickels, me había conocido en el taller de enseñanza híbrida que me propuso impartir la Sociedad Argentina de Fisiología durante la docencia en confinamiento. Noelia se vio reflejada en mi forma de enseñar y transmitir mi experiencia y pensó que venir a España conmigo la reafirmaría en su práctica docente. Y yo, que soy de subirme a los trenes en marcha, no solo acepté su propuesta de hacer una estancia docente conmigo si no que le propuse irme a su Universidad a encender en otros docentes la chispa de la innovación y la transformación de la educación. Noelia Nickels con la ayuda Vanesa Álvarez y alguna otra compañera, organizaron, sin departamento de formación ni experiencia previa, el curso que me llevaría a recorrer esta maravillosa región de Argentina. Ellas ya tenían esa actitud necesaria para transformar la educación.

Dicen que una nunca es profeta en su tierra. Para mí, el tiempo compartido con todos estos docentes argentinos, la comunidad tan maravillosa que hemos formado, todo el “feedback” recibido, han sido el revulsivo que necesitaba para seguir peleando por lo que creo.

Me equivocaré una y mil veces, me seguiré sintiendo de vez en cuando una impostora en un mundo de educadores, pero seguiré aprendiendo y enseñando desde esa actitud de innovadora empedernida. 

Uso de vídeo docente en educación

Uso de vídeo docente en educación

¿Has empezado a crear vídeos docentes, pero no consigues que tus alumnos lo vean? ¿Te esfuerzas para crear vídeos y a cambio tus alumnos se quejan porque consideran que es demasiado trabajo autónomo?

Desde marzo de 2020 la creación y uso de vídeo docente en educación ha crecido entre los profesores universitarios. Los objetivos son variados, sustituir clases interrumpidas por problemas técnicos, realizar clases asíncronas, o aplicar la metodología “Flipped Classroom” (FC). El vídeo es desde hacía unos años la piedra angular de la formación “online” pero había llegado a la enseñanza presencial precisamente a través de esta metodología activa, el FC.

Aunque diferentes estudios avalan los valores educativos de los medios audiovisuales (Koumi, 2006), el vídeo no es eficaz si no cumple con los siguientes elementos: poseer un valor cognitivo que promueva la comprensión y memoria a largo plazo, asegurar el compromiso de los estudiantes y convertirse en una herramienta interactiva que permita un aprendizaje activo (Brame, 2016). Para ello es aconsejable hacer vídeos cortos (6 a 12 minutos), atractivos, con la información relevante bien remarcada, evitando información superflua y con formatos donde se mezcle imagen con explicación verbal. Además, conviene grabarlos con naturalidad, similar a tus explicaciones de clase pero sin repeticiones, hablando más rápido que lento y utilizando si es posible la narrativa, más allá de lo puramente descriptivo.

Lo primero que debes tener claro es el objetivo del vídeo. Si se utiliza como herramienta de la metodología FC lo aconsejable es asignar a tus estudiantes un vídeo por semana. Ten en cuenta que un vídeo de 15 minutos supondría unos 90 minutos de trabajo autónomo para los estudiantes, ya que el visionado incluye la toma de apuntes y la respuesta a preguntas incorporadas en el vídeo o asociadas a una tarea. Convertir el vídeo en una actividad interactiva es esencial pues permite la metacognición del estudiante y aporta información esencial al profesor para la preparación de la clase presencial posterior.

Algunos estudios han demostrado que los vídeos de mayor duración reducen el nivel de compromiso de los estudiantes (los vídeos de más de 12 minutos son visionados en un 20% de su longitud). En el caso de necesitar mayor tiempo para la explicación, trata de fragmentar la información en vídeos de menor tamaño o interrúmpelo con alguna actividad que ayude a integrar la información con los conocimientos previos relacionados. Si el objetivo del vídeo es sin embargo, utilizarlo para una clase asíncrona, puedes asignar más de un vídeo corto a la semana, o utilizar un vídeo largo con interrupciones a través de actividades de comprensión y aplicación.

Volviendo al uso del vídeo para liberar tiempo de la clase presencial, objetivo del FC, ten en cuenta que el vídeo no debería usarse para sumar tiempo de explicación teórica si no para emplear ese tiempo liberado en la realización de actividades de aprendizaje significativo basado en el análisis, evaluación, aplicación o creación. Es decir, es más importante lo que haces con el tiempo de la clase presencial que el vídeo en sí mismo, y precisamente eso ayudará a que el alumno vea el vídeo como algo necesario para el seguimiento de la clase.

  1. Brame, Cynthia J. Effective educational videos: principles and guidelines for maximizing student learning from video content. Life Sciences Education, 15:1-6. 2016.
  2. Koumi, Jack. Designing video and multimedia for open and flexible learning. Routledge. 2006

 

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www.innovacionufv.com