Historia… qué asignatura tan pesada, ¿verdad? Nada más que una lista interminable de hechos, lugares, fechas y personajes que hace tiempo que murieron; algo soso, aburrido, que tampoco influye demasiado en nuestro día a día…
¡Para nada! ¡La Historia es mucho más!
Entonces… ¿por qué no suele llamar la atención de la gente? Obviamente no a todo el mundo tiene que gustarle la Historia como motor de su vida o como una de sus principales aficiones; pero, saber de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta donde estamos, aunque sea en líneas generales, es algo que se debería tener en cuenta para ver por qué derroteros nos va a llevar la vida y que no es ni de lejos tan tedioso como pueda parecer.
¿Y si, para el caso concreto de la Historia, el problema no radica en el pasado en sí mismo, sino en cómo nos lo han contado? Es cierto que esa relación de cosas que se menciona en el primer párrafo, junto con palabras como museo, pintura, batalla, castillo, armas o biblioteca -entre otras- son las ideas principales con las que se suele relacionar a nuestro pasado; pero nuestro legado también son canciones, comidas, topónimos, ropas, tradiciones y otra gran multitud de cosas que permiten a la gente empatizar con sus ancestros y disfrutar de lo que el tiempo pasado les ha regalado.
Estas últimas cosas a veces pasan desapercibidas, quedan relegadas a un segundo plano o no se contemplan como la herencia y espejo del pasado que son; quedan en ocasiones ahogadas por esos museos, yacimientos y clases magistrales que, a pesar de sus continuos esfuerzos por innovar y renovarse, aún siguen manteniendo ese semblante frío y académico que parece espantar a la gente.
Y es en este hueco entre la rigidez de las instituciones y la festividad de las tradiciones donde encontramos una actividad que es a la vez educación y entretenimiento: la recreación histórica.
Qué es la recreación histórica
La recreación histórica es una actividad que busca, valga la redundancia, recrear el pasado con la mayor fidelidad posible. Desde ropas hasta comidas, pasando por la reconstrucción de armas y herramientas y llegando a la tematización de entornos históricos, esta actividad trae de alguna forma el pasado a la vida.
Aquí confluyen varias cosas importantes: por una parte, la recreación permite explorar el origen de todas esas costumbres regionales, nacionales o mundiales de las que tanto gustamos en disfrutar en nuestros ratos libres, desde una romería hasta una simple canción, mientras que por otro lado emplea la denominada como “musealización en vivo” para que la gente pueda ver, tocar y sentir cómo era el pasado a través de distintas reconstrucciones físicas -armas, ropajes, muebles…- y orales -lenguas antiguas, formas de hablar…-, de ahí que sea una actividad que en numerosas ocasiones se relaciona con la arqueología experimental.
Y es que es labor indispensable del recreador, que puede ser quien quiera serlo, sin importar su sexo, raza o edad, documentarse previa y exhaustivamente para que la reproducción sea lo más ajustada posible con relación al periodo que recrea, excluyendo cosas que no existían para entonces y dando visibilidad a todo lo que sí se empleaba. ¿Os imagináis a una noble de la corte del Rey Sol con una camiseta de lycra o a un esclavo romano con un teléfono móvil? ¡Sería absurdo -aunque curioso-!
¿Qué aporta la recreación histórica en cuanto a la enseñanza de la historia?
Aunque hay adultos a los que no les interesa especialmente la Historia, niños y adolescentes suelen ser los que más “sufren” esta asignatura, debido en parte a la densidad de su contenido y por otra parte a esa sensación de extremo academicismo y rigidez que puede llegar a transmitir.
No obstante, también es cierto que hay chavales que saben de Historia y se interesan por ella; son precisamente ellos los más aptos para convertirse en futuros historiadores, arqueólogos y/o recreadores y, por tanto, en “embajadores de la autenticidad histórica” de la recreación y en “firmes combatientes” de esa visión distorsionada de la Historia ofrecida por series y películas.
Y es que son las nuevas generaciones, unas generaciones cada vez más metidas y entusiasmadas en temas de entornos y realidades inmersivos e interactivos, las que más disfrutan de esta actividad, que no pierde esa esencia divertida e innovadora a pesar de ser un faro analógico en un mar de tecnologías digitales.
Precisamente por esta labor de educación desde la diversión, de enseñanza no reglada, aún hay personas del mundo académico que no aciertan a ver las ventajas de la recreación, relegando esta actividad a una simple fiesta de disfraces. Esta no es sino una visión sesgada emitida desde el desconocimiento, ya que la recreación es entretenimiento, sí, pero también es una vía para que, principalmente niños y jóvenes, pero también adultos, aprendan sin darse cuenta, para dar visibilidad a nuestro patrimonio y, en definitiva, una experiencia que nos puede llegar a demostrar que, muchas veces, la realidad supera la ficción.
Actividades realizadas por la Asociación de Recreación Histórica Caballeros de Ulver el pasado 10 de marzo en el colegio Gredos San Diego-Las Suertes con los niños de 1º de Primaria.
¡Animaos a recrear, la Historia es mucho más de lo que parece!